La tecnología como una posibilidad para la pedagogía y la educación.

La tecnología como una posibilidad para la pedagogía y la educación.
Por: Sara Echeverri Rodríguez.
Desde el 30.000 A.C cuando los hombres comenzaron a utilizar la pintura rupestre, no sólo como una forma de comunicación sino como una manera de abstraer la realidad e intentar comprender el propio entorno; en esto profundizaron los griegos, cuando en el 510 A.C surge la Academia de Pitágoras como un centro de pensamiento y desarrollo de nuevas ideas. Años más tarde en China con el papel se generó una reelaboración del pensamiento con la invención del papel, enseguida se comenzó a implementar la escritura manual y el conocimiento reposaba en los monasterios a cargo de los amanuenses.
A partir de 1450 con la imprenta de Gutenberg la accesibilidad a los libros y al conocimiento se incrementa, pues ya existen más posibilidades de circulación, y lo más importante es que la imprenta le dio sustentación al manual y al método de Comenio para ejercitar, experimentar y validar sus postulados.
En el siglo XX, en la Francia del período entreguerras y de la II Guerra Mundial, Freinet sale a la luz con su pedagogía que buscaba relacionar el mundo de la vida y la experiencia escolar y traza un vínculo entre la pedagogía y la tecnología.
Una de las herramientas que utilizó fue la imprenta, que tuvo un amplio significado dado que buscó modernizar la pedagogía preguntándose: ¿Sí la industria y tecnología se modernizan y cambian constantemente? ¿Por qué no ha de hacerlo la pedagogía, la escuela y la educación?
Su principal propósito con el uso de la imprenta era “lograr que el aprendiz se habitúe a entender la socialidad y la culturalidad de la producción lingüística y que él mismo sea generador de escritura” (Vargas, 300: 2003), es decir lograr que los libros de texto, fueran producidos por los mismos alumnos. Además trabaja con la radio, las filminas, la televisión como herramientas para buscar la transformación de la escuela y del método escolástico que existía entonces.
En el pequeño recorrido realizado, podemos observar a grandes rasgos como históricamente la tecnología utilizada con fines pedagógicos y trascendiendo el mero instrumentalismo tiene un impacto real para mejorar las condiciones de formación y aprendizaje.
Ahora volvemos nuestra mirada hacia el siglo XXI, hacia una sociedad muchas veces absorbida por los medios de comunicación y dependiente de los celulares e internet. Estas características han entrado también en la escuela para insertarse en la cotidianidad, un claro ejemplo es que la mayoría de consultas ya no se hacen en las bibliotecas o en los libros, sino en Google, por las facilidades que ofrece; otro ejemplo es que en algunos lugares ya no se usan los cuadernos, pues fueron reemplazados por las tabletas, los teléfonos inteligentes, etc.
Chomsky nos dice que el internet es útil y valioso para las búsquedas, para estar enterados, pero que se debe hacer con criterios, marcos de referencia y dándonos a la tarea de evaluar, interpretar y entender. Coincido completamente con esto, porque es similar a lo que pasa en las aulas, depende del contenido y de la intención pedagógica del maestro/a, el impacto que va a tener el uso de las TICS en sus alumnos.
Sí Comenio introduce el texto escrito, la letra, para que los alumnos piensen analicen y reflexionen a partir de las obras originales de los autores; sí Freinet con la tecnología puso a la escuela y al alumno en contacto directo con lo que ocurría en la sociedad y sí le fue posible que los textos escolares fueran construidos dentro la clase, ¿por qué hoy no vamos a reconceptualizar la revolución pedagógica que implica la introducción de las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Referencias bibliográficas:
Vargas, German, 2003, Filosofía, pedagogía, tecnología: investigaciones de epistemología de la pedagogía y filosofía de la educación, Bogotá D.C, Alejandría.